Época: Rococó
Inicio: Año 1700
Fin: Año 1750

Siguientes:
El descubrimiento de la libertad

(C) José María Prados



Comentario

Si en general el arte no se presta a ser esquematizado en un sistema, hay determinadas épocas en las que particularmente se acrecientan estas dificultades. La complejidad del siglo XVIII hace imposible encasillar sus manifestaciones artísticas en una serie de rígidos apartados, etiquetas engañosas que no resuelven el problema. Incluso en una obra de divulgación, una consideración simplista en exceso tiene el peligro de producir una mayor confusión.El término rococó empezó a utilizarse ya en el siglo XVIII como una derivación burlesca de la palabra rocalla (rocaille) que designaba las decoraciones en forma de concha utilizadas en grutas y jardines desde el manierismo. En el suplemento del "Diccionario de la Academia Francesa" de 1842 se puede leer: "Rococó: dícese trivialmente del género de ornamento, de estilo y de dibujo que pertenece a la escuela del reinado de Luis XV y de comienzos del de Luis XVI".Esta inicial actitud despreciativa cambió, sin embargo, durante la segunda mitad del pasado siglo, sobre todo a raíz de la publicación de los hermanos Goncourt acerca del arte del siglo XVIII. Pasó a tener el término un sentido puramente neutral y descriptivo al igual que había ocurrido con el Barroco o el Gótico. Pero si el Rococó no se consideraba ya como una decadencia o la degeneración de un estilo y se habían descubierto en él valores puramente estéticos, el dilema que se presentaba ante los historiadores era definir este fenómeno, determinar su cronología y establecer unas características diferenciadas. Tarea no fácil que ha originado diferentes puntos de vista, a veces contradictorios, e incluso aconsejó la celebración de un convenio internacional en abril de 1960 con el título "Manierismo, Barroco y Rococó. Conceptos y términos", del que tampoco salieron acuerdos definitivos.Algunos conceptúan el Rococó como una fase tardía del Barroco, siguiendo la idea de que, inspirado en el Barroco italiano, sería su modelo de disolución; otros intentan dar una interpretación histórico-cultural haciendo hincapié en el aspecto erótico-sensual y en la complacencia de lo gracioso. Kimball, cuyos estudios fueron fundamentales, lo considera fenómeno parcial del Barroco, producto de una evolución exclusivamente francesa y limitado al ámbito del estilo decorativo. Sedlmayr y Bauer proponen que el concepto de Rococó se debe delimitar con precisión, afirmando que no es una fase estilística del Barroco clásico o tardío y que se trata de lo que llaman un genos-stile (estilo-especie) que no ejerce influencia sobre cierto tipo de construcciones (parte de los edificios oficiales y la mayoría de los religiosos). A pesar de sus limitaciones lo consideran como uno entre los estilos del siglo XVIII, junto a las diversas variantes del tardo barroco y del clasicismo inglés y no una simple moda de decoración.Las dificultades con que se han topado los historiadores para intentar dar una definición del Rococó se acrecientan cuando llega el momento de especificar qué artistas y qué obras pueden incluirse en él. Hay algunos ejemplos significativos que no dan lugar a dudas, como es el caso de un Boucher, pero en otras muchas ocasiones la cuestión no queda tan clara.En el fondo el problema reside, como afirma Francastel, en que durante el siglo XVIII no hubo una sucesión de épocas compartimentadas, marcadas cada una de ellas por un ideal absoluto, no existió una sino varias estéticas ligadas a las diversas especulaciones intelectuales y políticas de la época.Son generalmente los historiadores del arte en lengua alemana los más empeñados en el estudio restrictivo y a veces excesivamente formalista del Rococó. Curiosamente los franceses, siendo una manifestación fundamentalmente gala, han evitado la utilización del término, prefiriendo el de estilo rocalla y desde un principio sus publicaciones se han dirigido bien a una visión amplia del siglo XVIII con todas sus particularidades, bien al estudio concreto de artistas o de los diferentes géneros, los ornamentistas, el mueble, etc.En conclusión, prefiero huir de interminables y estériles discusiones terminológicas y comprender el fenómeno del Rococó como un estado de ánimo, una actitud ante la vida, el pensamiento, la sociedad, que se inicia a principios del siglo XVIII y actúa, aunque no de manera excluyente, en la concepción del arte de su época.